La Gran Recesión

En esta página vamos a explicar la crisis económica y financiera mundial que actualmente estamos sufriendo y que comenzó en el año 2007, refiriéndonos a esta como Gran Recesión. A lo largo de ella, podréis encontrar los cuatro factores principales por los cuales nos encontramos en la actualidad sumergidos en dicha crisis.
Podemos enmarcar el inicio de la Gran Recesión en el año 2007, concretamente, en el verano del mismo, ya que se dieron los primeros síntomas tras la disminución del ritmo de la economía mundial. El epicentro lo situamos en Estados Unidos pero, el origen de esta situación lo encontramos en los excesos perpetrados en años anteriores. 
Tras el estallido de la burbuja tecnológica en el año 2001, es decir, un exceso de especulación de capital ficticio, se produjo una convergencia, ya que, tanto empresas como familias decidieron invertir en el sector de la construcción, dando lugar, años más tarde, al estallido de la misma. Esto también se vio alimentado por las entidades financieras, las cuales se encontraron libres de regulaciones y sumidas en un intenso proceso de innovación de sus instrumentos y técnicas operativas. Se produjo una ampliación de los préstamos hipotecarios y comerciales sin tener en cuenta los riesgos y en ocasiones, tampoco las garantías. Por su parte, los bancos y compañías hipotecarias asumieron riesgos excesivos, ya que, concedían más créditos de los que el propietario podía solventar. Esto dio lugar a las hipotecas "subprime" (hipotecas basura) una consecuencia directa de ello. De esta manera, los menores costes y la facilidad para la contratación de hipotecas en todos los segmentos del mercado impulsaron el precio de la vivienda al alza, duplicándose entre 2000 y 2006.
Por otro lado, uno de los factores que potenciaron la crisis fue la liberalización del sistema bancario y desregulación de los mercados financieros. Esto conllevó a la obtención de recursos en los mismos mercados y destinarlos a empleos sin ninguna restricción. 
Las entidades bancarias, para evitar la excesiva concentración de riesgo en sus carteras, iniciaron un procedimiento, el cual consistía en la unión de hipotecas y préstamos en un nuevo activo, cuyo valor se hacía depender del valor de otros activos, ya fuesen acciones, obligaciones de empresas, deuda pública, o de la cotización de determinadas divisas. Gracias a ello, se atrayeron a compradores e inversores debido a que proporcionaba seguridad ya que, estos tenían una garantía real. Por otro lado, los bancos centrales aparcaron su función de supervisión, confiando en la capacidad de la autorregulación de los mercados y de las sociedades, y se concentraron en un único objetivo, la inflación. Esto supuso el tercer ingrediente de la crisis.
Por último, la gestación de la crisis se vio alimentada por el creciente desequilibrio de la balanza de pagos americana. Tanto consumidores como empresas buscaron fondos en el exterior con el objeto de financiar sus compras e inversiones, debido a los tipos de interés poco remunerados, cayendo a cotas mínimas. Por esta razón se ha hablado de que los pobres se convirtieron en prestamistas y los ricos en prestatarios, ya que, los países en vía de desarrollo con bajos niveles de renta, pero altos niveles de ahorro, financiaron el nivel de vida de los países desarrollados.
Finalmente, podemos afirmar que el equilibrio descansaba en el mantenimiento del crédito barato, por un lado, y el precio de la vivienda al alza, por otro. Puesto que se produjo un cambio, el sistema perdió su equilibrio y se produjo esta profunda crisis. A finales del año 2004 los tipos de interés comenzaron a subir y continuaron subiendo hasta alcanzar en 2005-06 un 5,5 por ciento. La subida encareció las hipotecas y puso en aprieto a los prestatarios. Creció la morosidad, particularmente en el segmento "subprime", aunque de manera rápida se trasladó al resto del mercado.
Por su lado, los precios de la vivienda alcanzaron un punto máximo en el año 2006 y en el primer trimestre de 2007 iniciaron un descenso imparable. Con la morosidad creciente y los precios de la vivienda cayendo el valor de los títulos con respaldo hipotecario empezó a caer en picado.

Desde marzo de 2007, Household Finance Corporation, filial del banco británico HSBC que operaba en el mercado hipotecario estadounidense, registró pérdidas millonarias, esto siguió con el numeroso cierre de los bancos más importantes a nivel mundial, el Banco Central Europeo inició una serie de inyecciones extraordinarias de liquidez en un intento de contener la todavía incipiente crisis. Empeoro este mismo verano, la burbuja mobiliaria había quebrado; los inmuebles bajaban y cada banco conocía los riesgos que afrontaba su propio balance, a medida que se malograban las hipotecas que tenían en su poder. Los mercados crediticios comenzaron a congelarse. Los problemas se agravaron en el otoño, llegando a provocar la grave situación de Merrill Lynch, una de las sociedades más antiguas en Wall Street, con inversiones irrecuperable e incapaz de hacer frente a sus acreedores. A finales de 2007 el Fondo Monetario Internacional estimó en un billón de euros las pérdidas de bancos y sociedades de inversión. Durante la primera mitad de 2008 continuó la acumulación de desastres financieros. El gran sobresalto se produjo el viernes 14 de marzo de 2008, cuando Bear Stearns –con una larga y brillante historia y una sólida reputación - se declaró en estado de virtual bancarrota. El 13 de julio el segundo banco hipotecario más importante de los EU, el InddyMac, fue intervenido por el Gobierno. La fecha fatídica llegó el 14 de septiembre cuando Lehamn Brothers se enfrentó con su inminente bancarrota, arruinada por sus excesivas y arriesgadas inversiones en sus “hedge funds”. Lehman se declaró formalmente en bancarrota, lo que desató una reacción en cadena en todos los mercados del mundo.
Las consecuencias de la caída del cuarto banco de inversión más importante de Wall Street fueron mucho mayores de lo que se podía imaginar. La crisis de insolvencia de unos pasó a ser una crisis de liquidez del sistema y después de insolvencia de muchos. El día 18 de septiembre seis de los principales bancos comercial del mundo anunciaron la adopción de medidas coordinas para hacer frente a la falta de liquidez de los mercados financieros. Y el 19 de septiembre, después de tres lunes negros seguidos en los que la bolsa de Nueva York cayó de manera estrepitosa el Departamento del Tesoro lanzó la iniciativa de la Ley de Estabilización Económica, conocida como Plan Paulson. Un parte del rescate se destinó a comprar deuda de alto riesgo o tóxica. En Europa los acontecimientos fueron igualmente dramáticos. A los problemas mencionados de 2007 se vinieron a sumar otros en 2008. En el Reino Unido, tras la nacionalización de Northern Rock, el HBOS fue rescatado por Lloyds TSB con el apoyo del gobierno; una medida de mayor calado fue la virtual nacionalización del Royal Bank of Scotland (RSB), una de las mayores entidades financieras del mundo. En otoño la crisis había saltado a Europa continental y aparecieron los problemas en gigantes financieros que obligó a los gobiernos europeos a diseñar fórmulas de urgencia para evitar su quiebra y con ello el colapso del sistema financiero.

Comentarios

Entradas populares